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jueves, 4 de noviembre de 2010

Huellas: Edificación de la Iglesia de Sucre y de su constructor.


 Obra de belleza inobjetable y reliquia del pueblo de Sucre.

Por: Aurelio Teodoro Rojas Silva
La parroquia del Huauco hoy Sucre, data del año 1870, según consta en los archivos del Obispado de la ciudad de Cajamarca, como lo señala el Obispo de ésta Diócesis, Monseñor José Dammert Bellido, en su libro "DIRECTORIO DIOSESANO" - 1980, pág. 40 - Parroquia San Isidro de Sucre.
Por coincidentes referencias de personas mayores de edad, de seriedad intachable y de honrosa reputación en nuestro pueblo, que bien conocían los acontecimientos habidos en el Huauco por esos años de su juventud, se conoce que un día Domingo de Pascua, abril 1903, llegó al pueblo el Sacerdote Samuel O. Haya, cuya presencia sorprendió a los pobladores por no estar enterados de su venida al lugar, pero, repuestos de su asombro fue para ellos un grato suceso que alegremente comentaran.

 Poco a poco, fueron tratándolo y encariñándose con él, no sólo por su sencillez y afable trato, sino también por su tierna preocupación e interés en atender sus necesidades, ayudándolos humanamente como le fuera posible. Así se desenvolvía este cariñoso Sacerdote no sólo en el Huauco sino también por los pueblos colindantes como Huacapampa y Lucmapampa, hoy con el nombre de José Gálvez y Jorge Chávez, respectivamente, como a la vez por el Utco y Oxamarca, lugares que bien conocían su labor pastoral y que, con el tiempo, acrecentó la general estimación a su persona y toda su feligresía ya lo trataba como el curita Haya. A parte de su cotidiano quehacer sacerdotal, también se dedicaba a otras actividades como el deporte y laboriosidades que lo hicieron muy popular en el Huauco y lugares vecinos.
 En el desarrollo de su ardua misión pastoral, su mente concibió el propósito de construir una nueva y moderna Iglesia que reemplazara a la pequeña que por ese entonces existía en el lugar, propósito que lo inició sin tardanza y sin mayores preámbulos a partir del mes de junio del año en que arribó al pueblo, con la cooperación de pobladores que entusiasmados por tener un nuevo templo, no vacilaron en prestar sus máximos esfuerzos para la realización de tan codiciada obra. Como el lógico, los trabajos comenzaron por los consistentes cimientos para luego seguir con las amplias paredes y complemento de su estructura, todo de acuerdo a los planos que el mismo sacerdote los confeccionara ya que tenía conocimientos de ingeniería por ser ex-estudiante de esta rama profesional.

Sus esfuerzos fueron grandes y agotadores para el logro de su propósito, sintiéndose feliz y complacido de su ejemplar acción en el trabajo, apoyado por los hijos del pueblo que no lo defraudaban en la diaria y dura brega, desempeñándose cada cual en el oficio que conocía como albañil, carpintero, picapedrero, labrador de adobes y otras actividades con las que coadyuvaron al éxito de la edificación de nuestro honroso actual templo, orgullo de nuestra tierra.

Los trabajos de esta importante obra terminaron por el mes de enero del año 1907, quedando inconclusa y por levantarse sus torres. Se observa en su trazo además de la solidez de su estructura, la forma perfecta de una cruz, constituyendo sus brazos los altares laterales que están antes del Altar Mayor. La magnífica edificación de nuestra Iglesia, jamás debe alejarse de la mente como de quien la ejecutó para felicidad y gozo de todo hijo sucrense a través del tiempo. Allí exteriorizamos con fervor nuestra fe al Divino Hacedor y veneramos al eterno intermediario nuestro ante él, San Isidro Labrador, su humilde y fiel labriego madrileño, que por sus reconocidas virtudes ha sido elevado a los altares de la Iglesia Católica, el 22 de marzo de 1622, por el Papa Gregorio XV.

Posteriormente el Sacerdote Samuel O. Haya, viajó a la ciudad de Moyobamba en donde permaneció muy corto tiempo, regresando nuevamente a su Huauco querido que lo recibió apoteósicamente, oportunidad en que dijera:

"PUEBLO QUERIDO DE HUAUCO, MIL VECES QUERIDO POR MI, HE VUELTO PARA MORIR Y VIVIR PERMANENTEMENTE EN TU SENO, QUIERO QUE MI CARNE Y MIS HUESOS, AL DEJAR ESTE MUNDO, SE CONVIERTAN EN TIERRA DE ESTA TIERRA". Su noble y vehemente deseo no se cumplió porque malvados elementos que no faltan en todo pueblo, lo agraviaron al robarle por tres seguidas oportunidades su ropa, máquina de escribir y otras prendas personales, alevosos actos que además de ocasionarle un hondo sentimiento de pesar, motivaron para que optara por retirarse de su amado Huauco por el año 1911, llevando en su adolorido corazón el dulce recuerdo de la tierra que tanto quiso y de la misma que fue su alcalde por el año 1908, meritoria función edilicia por lo que lleva una de las calles que circundan la Plaza de Armas de la ciudad, honrosamente su nombre. Cuanto de bien hiciera a nuestro pueblo el prestigioso Sacerdote Haya, será recordado con cariño y gratitud por todo buen sucrense, porque cuanto él dejó con desvelos y fatigas mil, son perdurables.

Sobre el desenvolvimiento de su vida en el Huauco, ya ha habido uno o dos escritos, comentándose en uno de ellos casos tan inverosímiles que trata de ensombrecer el bien ganado prestigio en nuestro pueblo por este ilustre Sacerdote. Como no se ajustan a la verdad, es de suponer que recibieran informaciones de quienes no estaban bien enterados de los hechos o éstos lo hacían por una gratuita animadversión contra el Sacerdote Haya, para decir perversamente que por los perjuicios (robos) que sufriera, maldijera al pueblo del Huauco y que por ello no progresa y vive atrasado. Blasfemia que no podía pronunciar persona sensata, de alta moral y de acrisolados sentimientos humanos como él. También es inadmisible la absurda e inconsciente inculpación que se le hace de tapar los tragaderos de aquella otrora Laguna del Huauco, con fines que sólo pueden maquinar mentes insanas. Por eso, ante esas malévolas incriminaciones se levanta la luz inextinguible de la verdad y que, con los verídicos antecedentes que se conocen en nuestro pueblo del Sacerdote Samuel O. Haya, cual bella claridad crepuscular, no puede darse credibilidad a ésa insensata inculpación que se le hace a un representante de Cristo en la Tierra.
Resultado económico de
Construcción de techo del templo de Sucre
Sobre esos tragaderos naturales de la desaparecida Laguna del Huauco, como del tragadero que fuera construido por foráneos para la desecación de la misma, hago un ajustado relato en mi escrito: "SUCRE (ANTES HUAUCO), TUS HIJOS Y SUS OBRAS", - enero 1990 - pág. 9 tragadero - pág. 10, tres primeros párrafos. Allí escribo lo que personalmente pude observar en mi niñez, como de comentarios que hacían los adultos de esos foráneos que decían eran españoles y que taparan el túnel que les mandaran construir, teniéndolo ya en funcionamiento; desapareciendo del lugar.

Ya por los años 1948-1949, fueron levantadas las torres de la Iglesia, construyéndolas con la cooperación unánime de los sucrenses, contribuyendo unos con su trabajo personal y otros con su aporte económico. Esta realidad que dice muy alto del espíritu de cooperación del hijo sucrense para obras de bien común, sirva siempre de ejemplo a las futuras generaciones de nuestro pueblo, sintiéndose orgullosos de su fecunda labor en pro del progreso y mejor suerte de la tierra que los viera nacer.
Con el paso de los años se hicieron muchas mejoras en el interior del templo, como el enlocetado total del piso y colocación de bancas para comodidad de los asistentes a las misas y otros actos religiosos.

Por el año 1977, la antigua puerta principal de nuestra Iglesia, fue reemplazada con la moderna que hoy tiene. Su construcción se realizó con los saldos a favor que obtuvieran las mayordomías del "Día de la festividad patronal "San Isidro Labrador" de los años 1976 por S/. 14,795.00 y de 1977 por S/. 28,546.00, que hicieron un total de S/. 43,341.00. Cantidades entregadas por los representantes de dichas mayordomías, señores Almanzor Chávez Díaz y Aurelio Teodoro Rojas Silva, respectivamente.
 Como la confección de la puerta costó S/. 45,000.00, la diferencia de S/.1,659.00, fue solventando por los mayordomos de 1977, señores Santos Marín Aliaga, Urbano Escalante Marín, Pelayo Rojas Malaver y Aurelio Teodoro Rojas Silva; los mismos que aportaron S/. 9,330.00 para la adquisición de las sesenta (60) incrustaciones de bronce (DIAMANTES de 4" de diámetro) que lleva de adorno la puerta. Esta fue trabajada por el carpintero - ebanista señor Silvestre Chavarry Rojas, vecino del distrito de José Gálvez.

Últimamente, la fachada de la iglesia ha sido adornada con dos ángeles en piedra esculpida que están colocados a la derecha e izquierda de la puerta principal y que, armonizando con su modernizado Atrio, hacen un bello conjunto de singular admiración. Fueron donados por los esposos Sr. Ramiro Chávez Rojas y Sr. Asela Octavila Aliaga de Chávez.

Como es de conocimiento general, la parroquia de Sucre por sus escasos recursos económicos no tenía Párroco permanente que atendiera el sentimiento espiritual de la feligresía y por lo mismo, pasaban períodos consecutivos sin representantes de la Iglesia hasta que, en el último de estos lapsos, se hizo cargo de la parroquia en enero de 1981, el Diácono Permanente de la Iglesia Católica, don Reynaldo Rojas Silva. Todos conocemos de sus actividades y preocupaciones por mejorar la prestancia del templo y de la casa parroquial, como hijo de la tierra nuestra en que naciera. (Ver escrito "LABOR PASTORAL DE UN HIJO DE SUCRE" - 13 julio 1995).

Durante los 11 años de su permanencia a cargo de la parroquia, plasmó el fruto de sus inquietudes y sacrificados esfuerzos que están a la vista de propios y extraños, para recibir el veredicto que les merezca. Alejándose de su misión clerical por límite de edad con la satisfacción del deber cumplido. Los sucrenses sabrán reconocer sin ambages sus meritorios afanes y efectivas realizaciones que le ameritan gratitud.
Ese 20 de diciembre de 1997, marca un hito histórico en Sucre, porque en esa fecha el Diácono Reynaldo deja la parroquia "San Isidro Labrador", y el Obispo de Cajamarca Monseñor Ángel Piorno, hace entrega Oficial de la misma, al Sacerdote José Esteves Vargas, previa misa concelebrada en compañía del Párroco de Celendín Antero Mundaca Peralta, el Sacerdote Vargas y el Diácono Reynaldo; siendo así que la parroquia de nuestro querido y añorado Sucre, continúa con representante de la Iglesia Católica, para bien y felicidad de la grey.
Estamos seguros que el joven Sacerdote José Esteves Vargas, con la bendición del altísimo, con inteligencia y su dedicación honrosa a su misión Sacerdotal, sabrá lograr que su fieles se encaminen hacia el bien con amor, condoliéndose del sufrimiento ajeno y prestando ayuda al necesitado; como alejando de sus mentes la desconfianza, la perversidad y el odio que envenena al corazón humano, alejando también el desatino de cometer actos reñidos contra la moral y el buen vivir. Por esa maldad humana, nuestro salvador Jesucristo sufrió lo indecible, maltratando y azotado con crueldad, conducido al calvario cargado de su pesada Cruz a cuestas, crucificado y atormentado sin piedad hasta su último suspiro.



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